HISTORIA DE LA EDUCACION CONTABLE EN COLOMBIA ( ORIGEN DEL DIA DEL CONTADOR PUBLICO EN COLOBIA)
Al consultar diversos autores que han escrito tanto de la historia de la contabilidad en Colombia como de la historia propia del país, se evidenció que para que la contabilidad se enseñara en las instituciones de educación superior fue necesario que diversos acontecimientos económicos, políticos y culturales sucedieran en el país. Gracias al desarrollo que tuvo el país desde finales del siglo XIX hasta mediados del siglo XX en los sectores la educación, infraestructura, industria y comercio fue posible que la contabilidad se convirtiera en una necesidad tanto para las empresas como para el Estado. Igualmente, la contabilidad ha tomado más importancia ante la sociedad, ya que se considera al contador (revisor fiscal) como la persona idónea, con capacidades para proteger el capital de los socios o accionistas de las empresas.
La Escuela Nacional de Comercio fue fundamental en la historia de la educación contable en Colombia, puesto que gracias a ella se dio inicio a una enseñanza formal en escuelas o instituciones, ya que antes también se llevaba una contabilidad, pero de forma precaria e informal. Dicha escuela trascendió porque después de casi 60 años se convirtió en la primera Facultad de Contaduría Pública, adscrita a la Universidad Nacional de Colombia.
Varios acontecimientos fueron esenciales
para que la contaduría pública ingresará a la educación superior, entre ellos
la Misión Kemerrer, que marcó la historia de la profesión contable, pues
gracias a todos los cambios que generó en Colombia (tanto económicos como
financieros y administrativos) permitió que el país creciera económicamente y,
por ende, hizo que la contaduría fuera necesaria tanto para las empresas como
para el Estado, por la exigencia de control, así mismo, para que los
empresarios pudieran tener conocimiento sobre el rendimiento de las empresas y
poder cumplir sus objetivos.
Los orígenes: primeras escuelas de comercio en Colombia
Según Cataño (1995), durante la primera mitad del siglo XIX
las escuelas superiores eran insuficientes y estaban mal dotadas, los maestros
no tenían preparación y apenas recibían ingresos, los funcionarios eran
indiferentes a las bondades de la enseñanza y el pueblo −conformado en su gran
totalidad por campesinos pobres y dispersos− no poseía ninguna conciencia de la
utilidad de la educación. (Cataño, 1995, p. 67).
El Partido Liberal, buscando que Colombia fuera una nación
instruida, se fijó como objetivo establecer un sistema nacional gratuito y
obligatorio de educación primaria para toda la población en edad escolar, el
cual cobró vida con la expedición del Decreto Orgánico de Instrucción Pública
del 1.o de noviembre de 1870, uno de los documentos más importantes de la
historia educativa de Colombia. Este decreto es significativo para la educación
contable dado que en su artículo 46 menciona:
Se enseñarán con más extensión, los siguientes: elementos de
álgebra, de geometría y sus aplicaciones usuales, especialmente el dibujo
lineal; teneduría de libros, aplicada no solo al comercio y a las oficinas
públicas, sino a toda clase de cuentas; nociones de física, mecánica, química,
historia natural, fisiología e higiene, elementos de cosmografía y geografía
general, y la historia y geografía especiales de Colombia.
Este decreto fue el primero que hizo mención oficial de la importancia de la enseñanza del saber contable. Debido al lento, pero creciente desarrollo económico del país, se vio la necesidad de la expansión del conocimiento en la materia, y a finales del siglo XIX, bajo los gobiernos de la Regeneración, comenzó la creación de las escuelas o instituciones de comercio[4], cuya función es la instrucción en el conocimiento mercantil. Es conveniente mencionar que antes de que existieran las escuelas de comercio había escuelas generales que enfatizaban en una multiplicidad de saberes, entre ellos algunas nociones y técnicas contables.
La teneduría de libros en el Externado de Colombia
Tras la pérdida del control de la educación por parte de los
liberales y la entrada del dominio de la religión católica y del Ejecutivo por
medio de la Constitución de 1886, los liberales, sin renunciar a lo que ellos
pensaban, seguían luchando para que el país tuviera un mejor nivel de
enseñanza. De acuerdo con Cubides (1999, p. 45):
Los liberales […] no queriendo abandonar sus ideales, fundan
el “Externado de Colombia”, primera universidad privada de carácter laico,
autónomo e independiente. En el primer año su estructura académica se reducía a
las facultades de Filosofía y Letras y Jurisprudencia, pero en 1887 se
diversifican sus unidades docentes, apareciendo en su prospecto el grado de
“tenedor de libros”. Este se constituye en el primer intento de
profesionalización de la formación del contador en una institución superior.
La Teneduría de Libros se veía como carrera intermedia, en
la que el estudiante debería asistir durante un año preparatorio al colegio y
luego sí estudiar áreas especializadas, tales como, aritmética analítica,
contabilidad mercantil y oficial, derecho mercantil y economía política; uno de
los requisitos más importantes tenía que ver con demostrar un buen manejo del
español y conocimientos en francés e inglés. En 1895, el programa de Tenedor de
Libros se amplió a tres años y se le dio una orientación más apropiada al papel
que desempeñaban los estudiantes en las empresas. En este sentido, Millán
(1996, p. 27) señala:
La primera especialidad que experimentó el contador público
en su aparición en la historia fue la de registrar en los libros transacciones
mercantiles de una persona o sociedad. Esta función la contabilidad la llamó
teneduría de libros y, como es natural, hubo y hay personas dedicadas por
entero a esta actividad.
Con la muerte de Nicolás Pinzón finalizó la primera época del Externado en 1895, y con ello el primer ciclo profesional del contable (Cubides, 1999).
La Escuela Nacional de Minas
Debido a la riqueza de recursos minerales que se hallaban en
sus suelos, el departamento de Antioquia tenía fuertes motivos para desarrollar
sistemas educativos alrededor de la administración de las empresas mineras, así
como de los aspectos ingenieriles propiamente dichos. Además, la importancia de
la minería motivó el desarrollo de una economía creciente de consumo,
particularmente de la industria (Echeverri, 1978).
De acuerdo con la Facultad de Minas de la Universidad de
Antioquia, S. F, Cubides (1999), la Escuela Nacional de Minas, que formaba
exclusivamente ingenieros, fue fundada por la Ley 60 de 1886, aunque por
dificultades con su reglamentación, bajo número de estudiantes y poca dotación
en la institución, tuvo que ser cerrada después de tres meses de su fundación;
un año después se reabrió con Tulio Ospina como rector y con dotación aportada
principalmente por la Universidad de Antioquia.
Su meta principal era formar un nuevo tipo de empresario
fabril a tono con la necesidad de una administración científica, un cálculo en
la producción y una contabilidad racional. Para ello se introdujeron los
métodos contables y la enseñanza de la contabilidad, al principio como parte
del curso de Economía Industrial y luego como curso especial de Contabilidad
Industrial. (Cubides, 1999, p. 46).
Gracias a la Escuela Nacional de Minas, la contabilidad se fue propagando por todo el país. Es importante recordar que dicha escuela fue en dos ocasiones integrada a la Universidad de Antioquia y finalmente, en 1944, se integró a la Universidad Nacional de Colombia sede Medellín como la Facultad de Minas; hoy por hoy sigue formando ingenieros y dentro de su pénsum aún se encuentran materias del área contable. Así, según Mayor (1982, p. 23):
En las décadas de [los cuarenta y los cincuenta] muestra el
hecho notable de que una proporción muy significativa de jefes de negocio y de
empresas industriales muy importantes, de capitalistas y gerentes más
destacados […] provenían de la Escuela Nacional de Minas.
Algunas de esas empresas fueron Postobón, Coltejer, Ecopetrol, Acerías Paz del Río, Cementos Argos, entre otras. Lo anterior ratifica que la Escuela formaba ingenieros con un enfoque administrativo y por ello sus egresados se destacaron como gerentes y empresarios.
La Escuela Nacional de Comercio de Bogotá
La Escuela Nacional de Comercio fue fundada en Bogotá el 9
de febrero de 1905 por el general Rafael Reyes en medio de un elevado ambiente
de tensión causado por la reciente pérdida del territorio de Panamá. En sus
instalaciones funcionaba desde el año 1893 un colegio de bachillerato llamado
“Colegio Colón”, en donde formaban a los estudiantes con orientaciones acerca
del área del comercio.
El general Rafael Reyes vio la necesidad de dar origen a un
instituto de comercio con docentes que tuvieran conocimientos sobre los
programas contables, para capacitar a los estudiantes que decidieron ejercer y
destacarse en la profesión comercial. De esta manera, por medio de un acuerdo
entre el Gobierno nacional y el rector del Colegio Colón se fundó la Escuela
Nacional de Comercio (Fontalvo, 1990) mediante la expedición del Decreto 140 de
1905 (ver anexo n.o 1).
El 18 de febrero de 1905, y durante cinco días seguidos, se
publicó en el periódico El Nuevo Tiempo el siguiente prospecto, en el que se
anunciaba al pueblo colombiano que estaban abiertas las inscripciones a esta
escuela (Fontalvo, 1990):
Comentarios
Publicar un comentario